¿En cuántas ocasiones se ha sentido que no
logra lo que se propone?, o más aun, ¿Cuántas veces te deprimes o asusta la
idea de lograr algo? Estas preguntas responden a ciertas barreras que provienen
del sistema de creencias, que tiene su
proceso de formación desde los primeros años de vida.
El sistema de creencias personal, es la
programación mental que a través de imágenes, palabras, gestos y cualquier
código percibido, se fue anclando en nuestro subconsciente, de manera directa o
indirecta. Es decir, modelos que se percibieron en el pasado, son los que hoy
en día suelen manifestarse en tu vida presente.
La renovación de este sistema, surge de un
deseo profundo al cambio y a diversas fuerzas internas que requieren o piden de
forma constante la actualización para expresar una realidad mejor. Ahora bien,
existen barreras que impiden renovar tal programación, generando fuertes lazos
de inconformidad y desgaste moral. En ocasiones, querer alcanzar un objetivo o
una meta, suelen convertirse en un calvario que asientan nuevas ideas
negativas.
Tales barreras tienen diversas dimensiones,
pero las de mayor intensidad, suelen constituir las que se agrupan en los
miedos y temores. Es común, expresar miedo ante una situación fuera del
estándar diario o rutina de vida, sin embargo, la predisposición para la lograr
acciones futuras, producto de miedos al éxito, al fracaso, a ser o verse
diferente o al propio cambio; son el resultado de programaciones limitantes.
El miedo al fracaso, es la tendencia mundial
para abandonar ideas y proyectos, porque está constituida por una programación
limitante que vincula baja autoestima y el sentimiento de incapacidad. Por ello,
en el campo laboral y escolar, se aprecia cómo se abandonan estos espacios; en
el primer caso, por la inseguridad a desarrollar cierta tarea laboral, y en el
segundo caso, la predisposición ante cualquier asignatura.
Otra de las barreras que circulan en el proceso
de cambio, es el miedo al éxito, debido a una idea de sostener una carga mayor
cuando este sea alcanzado. Asimismo, el miedo a ser diferente, tiene un poco de
las anteriores barreras, pues como resultado del sentimiento de incapacidad y
la inseguridad, no permite resaltarse ante un grupo o comunidad. Es decir, ser
diferente paraliza las acciones que traen nuevas oportunidades.
Finalmente, el miedo al cambio propiamente, en
su raíz, proviene de creencias resistentes a nuevos proyectos que vinculen
salir de la zona de confort o comodidad. Toda situación que suele salirse de lo
acostumbrado, genera un proceso de resistencia, debido a un patrón de
protección de nuestro cerebro ante situaciones desconocidas.
Ahora bien, ¿Cómo superar las barreras que
impiden cambios de creencias?
De forma resumida, estas barreras limitantes,
contenidas en el rincón de los miedos, tienen su punto de quiebre bajo
distintas modificaciones mentales y del ser. Por ejemplo, el miedo al fracaso,
con declaraciones y afirmaciones que involucren un aumento de la autoestima,
permitirá abrirse a nuevas opciones.
De igual manera, en cuanto al miedo al éxito,
el prisma que debe estar presente suele distinguirse con un cambio de visión
ante las situaciones de vida de manera positiva, en un lenguaje alentador, como
dice Hark Eker en su Libro Los Secretos
de La Mente Millonaria, “ACTUAR A PESAR DE…”, del miedo, de la crisis, de
mis fracasos y mucho más. Por último, la aceptación de su propio ser, con
defectos y virtudes, y la decisión, para incluir acciones que permitan
evolucionar como seres humanos, es la clave para sacarle provecho al cambio.
Comentarios
Publicar un comentario